27 Marzo
A la comunidad universitaria:
La sociedad chilena y la universidad experimentan hoy una circunstancia excepcional que amenaza algunos de sus bienes más preciados. No estamos en presencia -como nos gustaría creer- de un tropiezo o de un simple accidente que se disipará apenas despertemos de lo que, anhelaríamos, fuera un simple mal sueño. Desgraciadamente no es el caso. Lo que hoy experimenta la sociedad chilena, y por extensión sus universidades, es de veras grave. Tomar conciencia de esa gravedad es el primer paso para que todos -académicos, funcionarios, estudiantes- tengamos una conducta a la altura que esa circunstancia excepcional demanda.
Es natural que cuando su quehacer transcurre sin mayores desafíos e imprevistos, la universidad vea florecer en su interior discrepancias acerca de la mejor forma de distribuir los bienes indispensables para el proyecto de cada cual. Pero cuando lo imprevisto sobreviene, cuando una circunstancia excepcional amenaza, esas discrepancias deben dar paso a una tarea cooperativa, en que el esfuerzo de todos se dirija a asegurar los bienes que nos son comunes y el cumplimiento de los deberes que llevan anexos.
Hoy la universidad se encuentra haciendo esfuerzos por asegurar nuestro quehacer intelectual que es el principal de todos nuestros deberes. La adquisición de plataformas para la enseñanza virtual (CANVAS); la adquisición de computadores para quienes carezcan de ellos (cuya distribución comenzará la próxima semana, conforme a criterios que se informarán a la brevedad); la asignación de chips para la transmisión de datos (que ya ha comenzado, mediante su distribución por correo certificado); la grabación de las clases (para que queden a disposición de quienes no pueden acceder oportunamente a ellas); el acceso a las bases de datos y a nuestra biblioteca virtual, son algunas de las medidas que la universidad está adoptando. La seguirán otras, desde luego. Entre ellas el diseño y financiamiento de cursos de verano destinados especialmente a algunas actividades tutoriales o prácticas que en las actuales circunstancias es imposible impartir. Para adoptar esas medidas, y otras que deberán seguirles, la universidad está reasignando los recursos de que dispone, con la sola excepción de los destinados al fortalecimiento académico de algunas de sus facultades, un plan que se mantiene incólume.
Estimados estudiantes, profesores, profesoras, funcionarios, funcionarias: La incertidumbre por la que la sociedad chilena atraviesa, sugiere actuar con prudencia, sin intransigencias o aspavientos, con sobriedad, prestando atención a las circunstancias que aún no empeoran del todo. Y sin olvidar que, en momentos como estos, una actitud cooperativa que preserve los bienes comunes es la más urgente y necesaria de todas.
Carlos Peña
Rector
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